INSTITUCIÓN EDUCATIVA CARLOS M SIMMONDS
LECTURAS PARA REFLEXIONAR
GRADO 6° 7°
LEE DETENIDAMENTE, AL
FINALIZAR EN TU CUADERNO, RESPONDE: ¿CUÁL ES EL MENSAJE QUE TE HA DEJADO ESTA LECTURA?
El portero del Hotel
No había peor oficio en el pueblo que ser “el portero del Hotel”
Pero ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre? De hecho, nunca había aprendido
a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra habilidad ni conocía otro oficio.
Un día, se hizo cargo del Hotel un joven negociante con muchas inquietudes, muy
creativo y emprendedor y decidió modernizar el negocio. Hizo cambios y citó a
todo el personal para dar las nuevas instrucciones de su reglamento.
Al portero, le dijo: A partir de hoy, usted, además de estar en la puerta, va a
preparar un informe semanal donde registrará la cantidad de personas que entran
y además anotará sus comentarios y recomendaciones sobre el servicio."*
" Me encantaría complacerlo, señor, pero no se leer ni escribir."* Le
dijo el portero.- "¿Cómo?... cuánto lo siento, pero indiscutiblemente
tendré que prescindir de sus servicios, pues así no me es de utilidad".-
"Pero señor, usted no me puede despedir, ¡yo he trabajado en esto toda mi
vida!..."- "Mire, yo comprendo y lo siento mucho, pero no puedo hacer
nada por usted, le vamos a dar una indemnización y espero que le baste hasta
que encuentre otro trabajo u oficio. De veras que lo lamento y que tenga buena
suerte". Sin más, se dio vuelta y se fue. El portero sintió que el mundo
se le venía encima. ¿Qué voy hacer, Dios mío?...
Recordó que en el Hotel, cuando se rompía una silla o se arruinaba una mesa, el
lograba hacer un arreglo sencillo y provisional. Pensó que esta podría ser una
ocupación transitoria hasta conseguir un empleo, pero solo contaba con unos
clavos oxidados y una tenaza arruinada. Entonces pensó que usaría parte del
dinero de la indemnización para comprar una caja de herramientas completa.
Como en el pueblo no había ninguna ferretería, tenía que viajar dos días en
mula para ir al pueblo más cercano a realizar la compra. Ensilló el animal y
emprendió el viaje. Habiendo regresado ya a casa, cierto día un vecino llamó a
su puerta: “-¡Hola vecino!, vengo a ver si tiene un martillo que me pueda
prestar". * " Si, tengo uno, lo acabo de comprar pero lo necesito
para trabajar- "
Entiendo, pero yo se lo devolvería mañana temprano". "¡Este bien! A
la mañana siguiente, como había prometido, el vecino tocó la puerta. “-Mire
amigo, yo todavía necesito el martillo. ¿Por qué no me lo vende-?” “-¡No puedo!, lo necesito para trabajar y
además la ferretería está a dos días de camino-”“-Hagamos un trato - dijo el
vecino- Yo le pagaré los días de ida y vuelta más el precio del martillo, total
usted está sin trabajar. ¿Qué le parece-? “Realmente, esto le daba trabajo por
cuatro días y aceptó. Volvió a montar su mula y a su regreso, otro vecino lo
esperaba en la puerta de su casa. “-¡Hola, vecino! Usted le vendió un martillo
a mi amigo, vengo a decirle que yo necesito unas herramientas y estoy dispuesto
a pagarle sus cuatro días de viaje, más una pequeña ganancia... mire, no
dispongo de tiempo para el viaje.-” El ex-portero abrió su caja de herramientas
y su vecino eligió una pinza, un destornillador, un martillo y un cincel. Le
pagó y se fue. Mientras iba por el
camino recordaba las palabras de su vecino: “-No dispongo de cuatro días para
ir a comprar las herramientas.-” Si esto
era cierto, mucha gente podría necesitar que él viajara para traer
herramientas. En el viaje siguiente,
arriesgó un poco más de dinero trayendo más herramientas de las que había
vendido. De paso, podría ahorrar algún tiempo en viajes. La voz empezó a
divulgarse por el pueblo y muchos quisieron evitarse el viaje. Una vez por semana, el ahora corredor de
herramientas viajaba y compraba lo que necesitaban sus clientes. Con el tiempo
alquiló un galpón para almacenar las herramientas y algunas semanas después,
adaptó una vidriera y el galpón se transformó en la primera ferretería del
pueblo. Todos estaban contentos y
compraban en su negocio. Ya no viajaba,
los fabricantes le enviaban sus pedidos, el era un buen cliente. Con el tiempo,
las comunidades cercanas preferían comprar en su ferretería y ganarse los días
de camino. Un día, se le ocurrió que su amigo el tornero, podría fabricarle las
cabezas de los martillos. Y luego, ¿por
qué no?, las tenazas... las pinzas... los cinceles... y luego fueron los clavos
y los tornillos... En diez años, aquel
hombre se transformó en millonario con su trabajo como fabricante de
herramientas. Un día decidió donar una
escuela a su pueblo. En ella, además de leer y escribir, se enseñarían las
artes y oficios más prácticos del momento. En el acto de inauguración de la
escuela, el alcalde le entregó las llaves de la ciudad, hizo que cortara la
cinta, lo abrazó y le dijo: “-Es un gran
orgullo para nosotros agradecerle por este gesto tan meritorio para nuestra
comunidad el que usted nos haya donado esta escuela; le pedimos nos conceda el
honor de poner su firma en la primera hoja del libro de actas.-” “-El honor sería para mi.-” dijo el hombre.
“-Nada me gustaría más que firmar allí, pero no sé leer ni escribir; soy totalmente analfabeto.-”
“-¿Usted iletrado?...-” dijo el Alcalde que no alcanzaba a creerlo. “-¿Usted construyó un imperio industrial sin saber leer ni escribir? ¡Estoy
realmente asombrado!" “Me pregunto, ¿qué hubiera sido de usted si hubiera
sabido leer y escribir?-”
“-Yo se lo puedo contestar-” respondió el hombre con calma.
“-Si yo hubiera sabido leer y escribir... ¡sería el portero
del Hotel!-”
ACTIVIDAD
Realizar una
historieta mínimo diez cuadros en un
octavo de cartulina
hola BUENAS NOCHES soy darly valentina del grado 6 C ESTUDIANTE DEL INSTITUTO CARLOS M SIMMONDS
ResponderEliminarHola Buenos Dias Profe David
ResponderEliminarLe Habla Lisbeth Zemanate De el Grado 7c
:v
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